Gabriel Moris. Natural de Jaén. Reside en Madrid, desde hace muchos años. Su mujer, es María Pilar Crespo. Su hijo, Juan Pablo, 32 años, alternaba los estudios con el trabajo, estaba terminando Ingeniería. Juan Pablo viajaba a Madrid en el tren que explotó en la calle Téllez. Juan Pablo murió asesinado el 11 de marzo de 2004.
Gabriel Moris no es un hombre que se haya quedado desarmado ante el infortunio. Ha luchado y lucha con su conocimiento profesional y su actividad en la AVT. Formó parte del peritaje de los escasos restos de los explosivos. Restos de explosivos hallados en los trenes y escasos los que la policía fue capaza de custodiar. Es Vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)
Este hombre publica artículos de opinión en algunos medios. Entre ellos, llama mi atención el último "Petición al futuro Gobierno. Ante la encrucijada del 11-M"
Esta petición se concreta en:
1. Seguir con las investigaciones policiales siempre abiertas a cualquier indicio por pequeño que éste se presente.
2. Celeridad en la celebración de los juicios pendientes.
3. Retomar la investigación parlamentaria desde una Comisión Independiente o de la Verdad.
En el debate de ayer, 25 de febrero, el Sr. Rodríguez se escandalizaba de que el Sr. Rajoy le acusara de agresiones a las víctimas del terrorismo. Hoy la AVT en un comunicado deja claro que "el Gobierno, la Fiscalía General del Estado y los medios de comunicación afines al PSOE no han tenido ningún problema en atacar, insultar, calumniar, o poner todo tipo de trabas a la AVT y a su Junta Directiva."
Algunos pensarán, no sin razón, que la AVT no representa a la totalidad de las víctimas… Pero ¿negarán que represente a una parte muy importante de esas víctimas? ¿Negarán al Sr. Moris su derecho a reclamar la continuidad de las investigaciones? ¿Nos negarán a los españoles nuestro derecho a saber qué pasó? ¿Nos negarán a los votantes nuestro derecho a asistir a un debate sobre terrorismo que aclare qué negociaciones han podido existir en qué momentos?
Afortunadamente, hoy sabemos que entre los políticos algunos optan por los principios y no renuncian ni al saber ni a la dignidad. El Sr. Rajoy no ha tenido miedo de la abrumadora potencia de los medios puestos a disposición del Sr. Rodríguez y ha reclamado la dignidad de las víctimas y, con la de estos, la de los españoles. El Sr. Rajoy ya sabe qué es el Sr. Rodríguez y por eso ha llamado mentiroso al que solo es engaño, apariencia, fingimiento y falsedad: ¡a ZP!
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