martes, 1 de enero de 2008

¿Era necesaria la intervención en Irak?:

En Internet se puede encontrar análisis muy solventes sobre esta cuestión. Uno de ellos es el de Florentino Portero en:

Razones para una guerra

Los siguientes párrafos no pretenden ratificar, rectificar, o complementar estos análisis. Exclusivamente se pretende aportar a quienes pudieran estar interesados una manera personal de entender aquellos acontecimientos, de explicar las causas.

Petróleo

Se presenta a menudo una acusación a la coalición internacional muy curiosa: Se hizo para quedarse con el petróleo.

En ese periodo Irak se había quedado fuera del mercado internacional del petróleo. Lo que podía estar afectando a los precios de adquisición. La normalización de relaciones con el tirano y la incorporación de sus reservas a éste mercado habrían sido mucho más eficaces y económicas que no una costosa operación militar. Téngase en cuenta que desde la creación de la autoridad provisional de Irak, reconocida por la ONU, y las elecciones democráticas más tarde, el control y gestión de ese petróleo está en manos Iraquíes. Con lo que tampoco se dio la situación de apropiación ni era previsible en el contexto de las resoluciones de la ONU.

El petróleo sí fue, sin embargo, una razón para oponerse a la guerra de Irak. El programa de “petróleo por alimentos” permitió enmascarar exportaciones que contravenían el embargo establecido por las Naciones Unidas. Este comercio fraudulento benefició directamente el enriquecimiento del dictador. Se han vinculado con él a Francia, Alemania y al hijo del Secretario General de la ONU. Curiosamente estos dos países europeos, que son los que se opusieron a la acción armada, están relacionados con la venta de armas al líder iraquí durante la primera guerra, venta en la que la España de Felipe González también participó.

Existen numerosas razones que en su momento se pudieron esgrimir para reforzar las adhesiones a esa acción. Citaré las principales: lucha antiterrorista y liberación del pueblo. A mi entender cada una de ellas tiene perfecta validez formulada en abstracto; pero si echamos un ojo alrededor ahora y antes, observamos que por sí solas, ni en combinación entre sí, no son suficientes: El catálogo de candidatos a estas expediciones punitivas sería interminable. No obstante más adelante veremos como la amenaza terrorista en combinación con otras puede ser un factor decisivo.

Injerencia humanitaria.

Respecto al argumento llamado de “injerencia humanitaria” conviene recordar que es un principio históricamente rechazado por la diplomacia internacional. Concretamente desde la firma de la Paz de Westfalia se aceptan los tres principios básicos soberanía territorial, no injerencia en asuntos internos y el trato de igualdad entre los Estados. Estos principios fueron ratificados una y otra vez por los diversos tratados y están entre las normas “civilizadas” de las relaciones internacionales.

Pero desde la omnipresencia de los medios de comunicación (salvo en Chechenia, al parecer) se produce una globalización de la entropía en relación a ciertas catástrofes. Eso hace que aparezca el concepto de “injerencia por razones humanitarias”. Al respecto hay dos referencias claves. La primera sería la reacción, en forma de bombardeos, ante la limpieza étnica dirigida por Milósevic en Kosovo.

Adiós a Sarajevo

La segunda sería la falta de reacción. Recuérdese cómo la ausencia de una acción resolutiva de los organismos internacionales durante las matanzas de los grandes lagos, indignó a la opinión pública que reclamó precisamente la intervención.

Rwanda-Burundi

Problemas humnitarios y prácticas del Consejo de Seguridad

Conviene dejar claro que la apelación a la “injerencia humanitaria” no conduce necesariamente a que esta tenga que conducirse mediante procedimientos bélicos. Para ello se ha de tener la convicción de que los gobiernos o señores de la guerra locales, van a oponerse con las armas a la acción humanitaria.

Seguridad

Entre las razones que quedan destaca la de la seguridad. Es importante que se recuerde un concepto válido durante toda la guerra fría: ¡disuasión creíble! Según este principio, la seguridad no radica en tener más o menos fuerza y su capacidad para usarla, radica en llevar al convencimiento del potencial adversario de que existe esa fuerza y la determinación de que en caso necesario se utilizará. Recuérdese cómo la URSS consiguió convencer a EEUU de que sus potenciales nucleares (cabezas y vectores de lanzamiento) tanto en número cómo en calidad (sistemas de guiado) eran equiparables e incluso en algún momento superiores. Ahora, repito ahora, sabemos que eso no era así, pero lo importante es que durante ese periodo los occidentales se creyeron amenazados por una paridad, cuando no una superioridad, militar que les disuadía de políticas distintas de las de contención.

Quizás resulte un poco simplista titularlo así, pero el problema para Sadam Hussein se llama morir del éxito. Ahora, repito ahora, todos creemos que esas armas no existían. Pero en su momento no existió ningún político, repito ninguno, que afirmase que esas armas no existían.

El régimen había dado suficientes razones para pensar que esas armas existían:

· Había comprado en occidente, fundamentalmente Francia, Alemania y España elementos para poder fabricarlas (que nadie se eche las manos a la cabeza antes de tiempo, la industria de pesticidas y la de armas químicas son casi indistinguibles)

· Las habían utilizado tanto contra población civil, el Kurdistán, como en combate contra los Iraníes.

· Tras la Segunda Guerra del Golfo Irak informó a la ONU de su existencia.

Cuando, para asombro de muchos, en primer lugar de los militares americanos, el Presidente Busch, padre, paró la ofensiva contra la guardia republicana manteniendo intacta entre un 40 y 60% de su capacidad bélica, quería mandar un mensaje claro a sus aliados árabes: Nos hemos limitado al objetivo declarado, la liberación de Kuwait, para lo demás no tenemos mandato y nos mantenemos ajenos. En ese momento se crearon numerosos problemas y uno ellos fue el de seguridad interna y externa de un régimen cuestionado por kurdos, chiitas, iraníes y que siente a sirios, turcos y saudíes como lobos dispuestos a reclamar su porción de territorio si Irak se va al traste como proyecto nacional.

Cuestionado y castigado militarmente, su seguridad externa se basaba en la disuasión que representaba su arsenal de armas no convencionales. Fue su baza y fue su perdición. Se había comprometido a desmontar los depósitos y destruir ese armamento de una manera controlada y verificable.

Existían antecedentes. El más importante fueron los acuerdos de disminución de armamento convencional en Europa. La eficacia de estos acuerdos fue el que se pudieron arbitrar medidas de verificación fiables para las partes confrontadas, Alianza Atlántica y Pacto de Varsovia. Estos acuerdos fueron el modelo a seguir para negociar la limitación de armamento no convencional (NBQ)

Otro ejemplo fue el desmantelamiento del armamento no convencional de Sudáfrica con la eficaz intervención de la ONU. La verificación se realizó mediante la colaboración del régimen y el control de los inspectores.

Sudáfrica: un caso de desarme nuclear unilateral

La comunidad internacional, a través de la ONU, esperaba el desmantelamiento y la verificación … y esto no se produjo. El tirano parecía conservar estas armas y su instinto asesino estaba intacto: la represión sobre los chiitas (mayoría en el país), sobre los kurdos, la utilización de la hambruna de pueblo para negociar el programa “petróleo por alimentos” con los que se enriqueció aun más…

La ONU exigió en numerosas ocasiones que se entregaran pruebas de la destrucción de estas armas, que se dejara de hostigar el trabajo de los inspectores… en definitiva que se produjera la verificación del desarme. Como medida de presión, en 1996 la administración demócrata inició una campaña de bombardeos en Irak , (Operation Desert Strike). Estas acciones se repiten en 1998 (Operation Desert Fox),

operación zorro del desierto

Por dos veces se había recurrido a la acción armada limitada, sin que en ningún momento se consiguiera salir de un punto muerto: Las armas parecían existir (eso nadie lo cuestionaba, ni siquiera el régimen lo negaba) pero era imposible localizarlas y comprobar su destrucción. Las amenazas, la trayectoria asesina del sujeto hacían creíble su utilización. El atentado del 11-S creaba en EEUU la sensación de vulnerabilidad y estimaron que existían factores de seguridad nacional para intervenir.

Y en este momento podemos volver a un argumento a favor de la intervención: la lucha terrorista. Las concomitancias del Régimen de Saddam con grupos terroristas, la convicción sobre la posesión de armas no convencionales y la resolución a usarlas, junto con las amenazas del dictador, creaban una situación de amenaza inminente que la diplomacia, el bloqueo económico, las sanciones… parecían no resolver.

Ausencia de alternativas: el asesinato.

A veces se alega que hubiese sido suficiente la muerte del dictador para zanjar este asunto. Se pone como ejemplo la acción del ejército israelí en su lucha contra los palestinos.

Hay ciertas circunstancias que hacen la situación como no homologable. Lo que unos llaman asesinatos selectivos entra dentro de una táctica bélica que es el descabezamiento de la fuerza enemiga. La muerte de los mandos puede acelerar el fin del combate y esto es algo que se ha aplicado desde la primera línea de combate (Stalingrado, Vietnam,…) o mediante incursiones en profundidad buscando a figuras claves del enemigo, intento contra Rommel en África del Norte, derribo del avión del almirante Isoroku Yamamoto, en el Pacífico. Esto que parece que es lo aplica Israel sólo es aceptable si previamente existe ese situación de guerra.

Otro inconveniente es la dificultad comprobada para localizar al líder Iraquí. Sin esta localización, sin alguien que sobre el terreno señale la posición del objetivo, el atentado es inviable. Además, hasta donde se conoce, los asesinatos selectivos que impliquen infiltración en el círculo de la víctima, no han sido la especialidad de EEUU. Ahí están los fracasos de las acciones contra Fidel Castro.

Pero el análisis de los resultados de estas acciones no es demasiado alentador:

El fracaso podría conducir directamente a un escenario de guerra, en el que además se perdiera legitimidad y concitaría las simpatías, aún más, del mundo árabe hacia el dictador.

El éxito no evitaría el problema sustancial: la existencia de unas armas convencionales y la de un régimen desquiciado que fácilmente podría perpetuarse (los hijos de Saddam, Alí el químico,…).

Oportunidad.

Pero además estaba la oportunidad del momento. Irak estaba militarmente debilitado, con la aviación anglo-americana desplegada y dominando. Pero se daban dos líneas de evolución que favorecían a Saddam y por lo tanto precipitaban su caída: sus relaciones con el terrorismo internacional aumentaban y el bloque occidental se resquebrajaba en su unidad frente al dictador.

Curiosamente el hecho de la construcción del llamado “pilar europeo” y el debate sobre el liderazgo de EEUU fuese interpretado como una debilidad progresiva, por propios y extraños, y la conciencia de que ese era un proceso progresivo hacían que diversos gobiernos viesen con una urgencia la resolución de la cuestión iraquí. Se estaba perdiendo un factor fundamental en el principio de la disuasión: la credibilidad de la amenaza. Téngase en cuenta que eso afectaba a la resolución de este problema y los siguientes que pudieran aparecer.

Tenemos los motivos y la oportunidad. Queda el debate sobre la legalidad.

¿Fue legal esta intervención?

Que nadie se escandalice; pero la simple pregunta mueve a hilaridad. Sobre todo cuando esta legalidad se pretende vincular a ciertos organismos internacionales.

Parece que el criterio para establecer la legalidad o ilegalidad fuese la aprobación de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Parece ignorarse que ese Consejo no es un tribunal de justicia, ni siquiera una cámara de representación democrática. En él están representados algunos gobiernos, no necesariamente democráticos, alguno con carácter perpetuo y votan según criterios de conveniencia política (conveniencia de sus gobiernos), nunca con un libro de derecho internacional en la mano.

Pero si admitiéramos que las resoluciones de este Consejo marcan la diferencia entre la legalidad e ilegalidad, hay que recordar

· Que la resolución que autorizó la formación de la coalición internacional de la IIª Guerra del Golfo seguía vigente.

· Que en sucesivas resoluciones se le recuerda a Saddam esa vigencia y se le amenaza de las graves consecuencias (ver, por ejemplo, las resoluciones 1154 y 1205)

· Que las acciones bélicas de 1996 y 1998 no precisaron de ninguna resolución expresa.

Y en este punto hay que recordar los bombardeos de la OTAN sobre Serbia en 1999, siendo Secretario General de esta organización Javier Solana, con la misma base de resoluciones que las que existían para Irak. Curiosamente dados los resultados y los cambios políticos de la zona ahora nadie cuestiona la legalidad o legitimidad de aquella acción.

· Y finalmente está la resolución 1441, de 8 de noviembre de 2002

De la que conviene observar la introducción, en la que se reconoce la vigencia de todas las resoluciones anteriores (por tanto las que autorizaba el uso de la fuerza) y se afirma que Irak es una amenaza para la paz y la seguridad internacional.

Pero el punto décimo tercero dice . Recuerda, en este contexto, que el Consejo ha advertido reiteradamente a Irak de que tendrá que afrontar graves consecuencias a causa de las continuas violaciones de sus obligaciones; ¿Cómo interpretar este punto? En su explicación de voto EEUU y Reino Unido lo dejan muy claro se sienten autorizados por las resoluciones anteriores y éste es el último aviso, no habrá una resolución 1442, para entendernos.

El plazo impuesto en esta resolución terminaba el 27 de enero… pero lo ocurrido entra en otro capítulo pues en él España, su gobierno, vuelve a tener cierto papel.

5 comentarios:

desahogandome dijo...

Tantas palabras podías haberlas reducido significativamente:

- la legalidad internacional no existe. ¿Qué es la ONU sino un chiringuito de miembros cambiantes?

- la conquista de Irak, pese a las muertes colaterales, fue un acierto.

- Viva la guerra.

- La guerra es la única posibilidad de resolver ciertos conflictos.

- Pero sólo es legítima si es la grande e histórica potencia occidental quien asume el mando y garantiza que jamás david vencerá a Goliat.

Cristóbal dijo...

A la atención de txantxangorri:

Como habrás observado no soy amigo de resúmenes y menos cuando lo que se trata es explicar y argumentar y no de impartir doctrina.

Personalmente no suscribo ninguna de las cinco afirmaciones que haces y no creo que estas se deduzcan de la exposición que hago. Si bien es cierto que posiblemente estas imputaciones te ayuden a simplificar tu vida dividiéndonos entre buenos y malos, yo no tengo ningún inconveniente en compartir contigo el planeta y el momento en la historia de la humanidad en el que vivimos.

Espero que los buenos deseos sean recíprocos. Carlos56.

Anónimo dijo...

• ZP no se acuerda de la actividad belicista del PSOE
La intervención en Irak, señor presidente del gobierno- y eso lo sé hasta yo, un profano en la materia, cuanto más han de saber y ocultar los que detentan el poder- se hizo en base a varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU: 687 y 688 (1991), 1154 y 1205 (1998) y sobre todo, la 1441 (2002) que daba al régimen de Sadam la última oportunidad. Establecía esta resolución la deliberación del Consejo de Seguridad, pero no requería una nueva resolución que aprobara explícitamente un ataque a Irak. Como refiere el profesor Rafael Bardají, Javier Solana, Secretario General de la OTAN se apoyó en igual razonamiento –varias resoluciones del Consejo de Seguridad- para la intervención militar en Yugoslavia en 1999, autorizando los bombardeos de Kosovo. Así mismo, parece que la intervención militar en Irak, en base a las resoluciones de la ONU anteriormente citadas, fue una decisión exclusiva del trío de las Azores. Y hemos de recordar al señor presidente del Gobierno, que también se posicionaron a favor de la intervención militar los siguientes países: Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Australia, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre, Kuwait, Ucrania, Bulgaria, Holanda, Filipinas, Qatar, Corea del Sur, Japón, Jordania, Nicaragua, Rumanía, Turquía y otros hasta un total de 69. Es decir, países con una tradición democrática fuera de toda duda (Italia, Dinamarca, Holanda, Japón), así como países islámicos como Kuwait, Indonesia, Turquía, Jordania, Qatar y otros , con lo que quedaba demostrado que la acción contra Irak no era algo exclusivo de las pérfidas cruzadas cristianas contra los indefensos pueblos islámicos, que es el argumento base de ese bodrio de ZP de la “Alianza de las Civilizaciones”. Entiendo que 72 paises tienen un peso de cierta importancia como para que el refrendo de la intervención en Irak se pueda considerar como algo sólo del “trío de las Azores”. Igualmente, es preciso recordar al señor presidente del Gobierno y a sus socios de gobierno –todos los partidos salvo el PP, el único partido de la oposición- que tanto berrearon contra las sedes del PP y tanto atacaron físicamente e insultaron a los militantes del PP el 13 M, ayudados por los eximios Bardenes, Ana Belén, Víctor Manuel, Almodóvar y demás jauría del progresío que, lo de que había armas secretas en Irak, se lo creía mucha e importante gente, empezando por la Internacional Socialista que en la reunión que tuvieron en Roma en Enero del 2003, subrayaba que la misión debe lograr el desarme total de las armas de destrucción masiva (químicas, bacteriológicas, radiológicas y nucleares). El socialista y ex ministro de Felipe González, antiguo Secretario General de la OTAN y en la actualidad alto representante para la política exterior de la UE, Javier Solana, que autorizó, sin consentimiento de la ONU, el bombardeo de Kosovo por las fuerzas de la OTAN, dijo que “Sadam Hussein está ocultando materiales que son peligrosos… Los países de la UE tienen una posición común en asuntos básicos: primero, el objetivo es el desarme de Sadam Hussein de armas de destrucción masiva”. Chaques Chirac, quien después se desentendió de sus palabras, dijo que “no tenemos diferencias sobre el objetivo de eliminar las armas de destrucción masiva de Sadan Hussein”. El Consejo de Seguridad de la ONU, que en su resolución 1441 (2002) a la que he aludido antes expresaba que “el Consejo de Seguridad decidido a lograr que se cumplan plenamente sus decisiones, decide que Irak ha incurrido y sigue incurriendo en violación grave de sus obligaciones con arreglo a las resoluciones en la materia, entre ellas la resolución 687 (1991) que establece la obligación perentoria de desarme de armas de destrucción masiva”. Y, por último, el Consejo Europeo de la UE, en su Declaración de Copenhague de 2002 expresa: “El objetivo de la UE sigue siendo despojar a Irak de armas de destrucción masiva con arreglo a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU… El objetivo de la UE para Irak sigue siendo el desarme completo y efectivo de acuerdo con las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de la ONU, en particular la resolución 1441”.

Creo que estas declaraciones harán que los socialistas de ZP y sus aliados comprenderán que lo de las armas de destrucción masiva no sólo se lo tragaron Aznar, Blair y Busch, sino sus mismos camaradas de partido así como personajes de alta relevancia en la política internacional. Pero hay aún otra cosa que recordarle al desmemoriado ZP -¡ay, esa memoria! ¡ay, esa historia!- : que la intervención en Irak no ha sido la única acción bélica llevada a cabo por unos determinados países o coaliciones de países en un Estado soberano, sin contar con la autorización de la ONU. El caso más significativo y emblemático fue el bombardeo de la antigua Yugoslavia por las fuerzas de la OTAN durante la crisis de Kosovo en 1998, como he hecho mención anteriormente. Temiendo que Rusia ejerciera su derecho al veto sobre una resolución tendente a la intervención militar en Yugoslavia en el Consejo de Seguridad, el socialista Javier Solana, Secretario General de la OTAN, basándose en la legitimidad de un acuerdo de la organización para la seguridad y cooperación en Europa, ordenó bombardear Belgrado. Esta operación se conoce como “Fuerza Determinante”, y tuvo lugar entre los meses de Marzo a Junio del 1999. Las fuerzas aliadas realizaron 38.000 misiones de vuelo. España participó de pleno en dicha misión, lo que he de recordarle al señor presidente de Gobierno, pues él y su partido, en el Congreso de los Diputados, respaldaron la decisión de la OTAN, pese a no contar con la autorización expresa de la ONU. Y otro dato para recordar al partido de la pazzzzzzzzzz y del desarme, del talante y del buen rollito: en las etapas de los gobiernos de Felipe González, aunque bajo autorización de la ONU, militares españoles participaron en misiones militares, con el siguiente dato que acaso muchos no recuerden, o mejor, no quieran recordar ni que se sepa: entre los 500 militares que participaron en esas acciones de guerra un tercio eran soldados de reemplazo. Conviene no olvidar este dato. En 1995 aviones españoles bombardearon posiciones servias en Bosnia. En 1991, durante la primera guerra de Irak, España incorporó a la coalición internacional que lideraba Estados Unidos, dos corbetas y una fragata, y permitió 20.000 vuelos de ida y vuelta por nuestros cielos, sirviendo las bases españolas de plataforma de abastecimiento de los bombarderos B 52 que realizaron 294 operaciones. Éste es el doble rasero de la izquierda: para la intervención en Irak exigen un acuerdo ad hoc , pero para bombardear Kosovo o Bosnia bastaba una resolución anterior. Y, por supuesto, las mesnadas de la izquierda y los titiriteros afines permanecieron lejos de las sedes de los partidos de izquierda , sin proferir ni un grito, ni lanzar una piedra, ni zaherir a ningún militante; para la izquierda, al igual que con los muertos de la Guerra Civil, hay intervenciones militares de primera y de segunda, según las ordenen ellos o no. Como ya he mencionado antes, es conveniente recordarle al ínclito ZP que han sido varias las resoluciones del Consejo General de las Naciones Unidas en el sentido de advertir al régimen de Sadam Hussein sobre las consecuencias que tendrían sus continuos incumplimientos de los acuerdos de la ONU. Desde la resolución 660 (1990) que obligaba a Irak a retirar las fuerzas desplegadas en Kuwait – es decir, autorizaba la primera guerra del Golfo- hasta la 1441 (2002) , 64 han sido las resoluciones del Consejo de Seguridad contra Irak en los 12 años que van desde 1990 a 2002. ¡64 resoluciones! Entre éstas están la 687 y la 688 (1991), la 1154 y la 1205 (1998) y la 1441 (2002). En la 687 (1991) se acordaba que el alto al fuego estaría subordinado a que Irak aceptase las disposiciones de esa resolución: es así que Irak no cumplió las obligaciones impuestas, por lo que se autorizó la guerra de Irak. En la resolución 1441 (2002) se determinaba que Irak había incurrido en violación grave de sus obligaciones con arreglo a las resoluciones del Consejo General de la ONU al respecto, en especial a la 687 (1991) que establecía la obligación perentoria del desarme de las armas de destrucción masiva, entendiéndose que todas las demás resoluciones eran razones más que suficientes para la autorización de la intervención en Irak.

La intervención de España en la primera guerra de Irak sí que fue una acción bélica en toda línea. La intervención de España en la guerra de Kosovo sí que fue una acción bélica en toda regla. La intervención de España en la segunda guerra del Golfo no fue una acción bélica. Repito: no fue una acción bélica. Fernando Díaz Moreno (ABC 25.3.2008) ex secretario de Estado de Defensa y ex comisionado del gobierno de España para Irak, resalta nítidamente el papel de España en dicha intervención. España envió un contingente militar de ayuda humanitaria que llegó una vez terminada la guerra al puerto de Unm Quasar y posteriormente envió otro contingente militar, al amparo de las siguientes resoluciones del Consejo General de la ONU: 1472 (2003), 1483 (2003), 1500 (2003) y 1511 (2003), en misión de seguridad y estabilización del país, así como la misión de participar en las tareas de reconstrucción de Irak. De ahí que, como señala Díaz Moreno, cuando ZP en Mayo del 2004 toma la decisión de retirar nuestras tropas de Irak, no las estaba retirando de un escenario de “guerra ilegal”, como se han encargado de repetirnos hasta la saciedad los medios de comunicación afines al PSOE, sino de una misión de paz, de seguridad y estabilidad al amparo de la ONU, por lo que la legalidad internacional de nuestras tropas en la reconstrucción de Irak está fuera de toda duda. Por otro lado, hay que resaltar que ZP incumplió su promesa electoral de 2004, proclamada a través de todos los medios de comunicación que le son serviles, que no son pocos, cuando anunció que retiraría a las tropas españolas si antes de finalizar el mes de Junio del 2004 no se aprobaba una nueva resolución del Consejo de Seguridad. Esa resolución se aprobó, pero ya nuestras tropas habían sido retiradas. Así es de fiable este sujeto, como bien sabe, por citar un solo ejemplo, la AVT con el tema de la negociación con los etarras en el llamado “proceso de paz”. Y en esa actitud de permanente mentira a los españoles, a los 18 días de retiradas ya nuestra tropas de Irak, España aprobó y convalidó como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU la presencia de tropas internacionales en territorio irakí, mediante la resolución 1546 (La Nación, 27.5.2008)

Cristóbal dijo...

Estimado anónimo:

Gracias por tu inesperada aportación. Supongo que el último (por ahora) intento de echar balones fuera de ZP, te ha tocado las narices. Si estás interesado en el tema te sugiero que visites la página

http://www.telefonica.net/web2/carlos5600/index.html

Estaría encantado de incluir cuanta información documentada pudieras aportar.

Anónimo dijo...

Me han parecido interesantísimos los comentarios. No tengo ni idea de esto de navegar por internet, he entrado aquí casi de casualidad, buscando la resolución de injerencia por razones humanitarias, para que veas lo torpe que soy. Sois bastante esclarecedores (Carlos 56 y Anónimo) y dais una visión de como sucedieron las cosas muy distinta a la que los medios de comunicación muestran. Gracias por vuestra ilustración que me ha sido de gran utilidad para tener un criterio propio y objetivo de lo ocurrido en Iraq. El antiguo embajador de España en EEUU coincide con varios observadores internacionales en que el atentado del 11M tenía como objetivo la derrota de Aznar en las elecciones. Por ahí fuera lo tienen claro, aquí nos seguimos tragando la manipulación del PSOE.