martes, 25 de diciembre de 2007

Bomba contra una sede del PSE.

Es una noticia del 25 de diciembre de 2007. Para más información:

http://www.libertaddigital.com/noticias/kw/anv/eta/negociacion/pais_vasco/rey/terrorismo/tregua/kw/noticia_1276320234.html

A los que pudieran ver como algo lejano un ataque a una sede socialista recordarles que se les ha atacado a ellos mismos. Cuando se ataca una sede política, un medio de comunicación, una sede religiosa … se está mermando sus posibilidades de elegir entre diversas opciones, es su propia libertad la que está en juego.

Por lo tanto, doy por sentado que todos somos los concernidos por este expeditivo método de “acción política” del conglomerado aberzale para poner de manifiesto la vigencia del “conflicto vasco”.

Una forma de aproximarse a este tipo de actuaciones, de entenderlos, es la de preguntarse por las intenciones del sujeto que las protagoniza:

Propaganda: Mantener el nombre de ETA en la prensa, en nuestras conversaciones, …”¡que hablen de nosotros, aunque sea mal!”. Es recordarnos que cuando quieran pueden devolvernos al sufrimiento colectivo. Es tranquilizar a su particular hinchada: “seguimos aquí”.

Mensaje al P(SOE): En cualquier momento convertirán a sus afiliados en objetivo de sus acciones. La parte más perversa es cuando expliquen que esta situación se deberá a la persistencia del conflicto que el P(SOE), en su seguidismo del PP, no ha querido resolver.

Promoción interna: Estos “activistas callejeros”, los "muchachos de la gasolina" que decía Arzallus , han ascendido a la categoría de terroristas. Ya están más cerca de un destino fijo en Francia, con sueldo de la organización y una cierta expectativa de pensión (recuérdese que esta pensión forma parte de las propuestas conocidas en la negociación en marcha).

Pero hay un aspecto fascinante de esta cuestión (y entiendo fascinación como una de las prácticas de caza de ciertas serpientes).

Intimidación social: Los vecinos de esta sede socialista, los actuales y los potenciales si esta decidera trasladarse, ya saben que tienen un vecino molesto y peligroso. La resistencia a que se abra una sede de este partido en las inmediaciones de las viviendas aumentará un poquito. Naturalmente esto supone vencer ciertas resistencias morales por parte de estos vecinos, que como procedimiento sicológico se servirán de culpabilizar al P(SOE) de la situación: ya que la actitud de los etarras es inexorable y los socialistas debieran de comprender son ellos los que deberían adaptarse a la situación. ¡Los culpables son, nuevamente, las víctimas!

Como vemos no son pocas las piezas cobradas con muy poca pólvora.

Ante eso, los que apostamos por la derrota de ETA debemos preguntarnos cómo reaccionar. En mi opinión hay que desmontar cada uno de los objetivos:

  • En el terreno de la propaganda: presentar ante los medios estas acciones como lucha contra las libertades públicas y que estas no son cuestionables.
  • Asegurar a los cargos y militantes socialistas la máxima protección policial. Llevarles a ellos y a sus familias la convicción de que no son moneda de cambio en extrañas transacciones.
  • Llevar el convencimiento a esos “cachorros” de que el final de su carrera será una cárcel o un frenopático , que no existirá ningún tipo de compensación económica, ningún reconocimiento social…
  • Reparar inmediatamente los daños producidos, compensar a los vecinos con largueza… Es esta una cuestión delicada, pues no se puede convertir un atentado de ETA en un premio de la Lotería Nacional. Pero hay que actuar con ellos de modo que puedan asumir como razonables ciertos riesgos, que entiendan de quién es realmente la responsabilidad.

Naturalmente, este tipo de actuaciones aquí enumeradas, que pretenden operar sobre la percepción de unos y otros del fenómeno terrorista, requieren una acción mantenida en el tiempo. No pueden estas al albur de las elecciones. Esto lleva a una consecuencia, a mí entender obvia, cualquier negociación que los etarras o la población pudiera entender como una aproximación a los objetivos de los terroristas es un retroceso en las líneas aquí propuestas.

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